Es fundamental realizar una buena plantación desde el inicio, siendo eficientes e invirtiendo lo necesario en los comienzos de la explotación, de este modo sentaremos las bases de una producción excelente en los años venideros.
Nuestra planta injertada posee una gran calidad genética y se mima en los viveros de forma que, cuando llegue a la tierra que será su hogar, reúna unas condiciones excelentes: un sistema radicular bien desarrollado, punto de injerto soldado a la perfección, yema apical bien formada e hinchada y ¡muy importante! un injerto lignificado para aguantar las heladas del invierno.